Disciplina!


“Hay que volver a la escuela autoritaria y conservadora. La escuela tiene que ser autoritaria (lo que no quiere decir andar con el cinturón) y conservadora, porque su misión es transmitir el saber que debe ser conservado. En música hay que enseñar a Beethoven y no la canción del verano (…) [El actual] es un sistema que no educa, que no exige. Los alumnos necesitan rutina y disciplina y el profesor a veces tiene que ponerse ceñudo”.

Las palabras citadas son de Ricardo Moreno Castillo, profesor de mates, autor del libro titulado Panfleto Antipedagógico (que confieso que no he leído) y aparecen en esta ensalada de opiniones publicadas en El País del sábado pasado. Cuántas veces habré pensado yo lo mismo, sin haber dejado de equivocarme ni una sola de ellas.

Pues va a ser esa la solución: hacer siempre lo mismo esperando a que pase algo distinto, y mientras no suceda preguntarse quién se ha llevado mi queso. Rutina (idea cercana a aburrimiento), disciplina (idea cercana a repesión), conservadurismo (de conservar, adviértase la falacia de término): todo un horizonte vital lleno de esperanza. De tan revolucionaria teoría (no-)pedagógica pueden ustedes informarse también en su web (hoy inactiva, esperemos que no por falta de rutina y disciplina).

Es de agradecer que Ricardo Moreno sea tan explícito en su crítica feroz a la LOGSE. Y ya puestos a ahorrar eufemismos, digamos que sería más justo que nos señalara también las toneladas cúbicas de ignorancia que en su día generó la ley del 70, tan añorada ahora por quienes ya no tienen que dar cuentas a nadie de sus propias faltas de ortografía y sí de las ajenas. Si yo les contara…

Ah, y otra cosa: Beethoven no llegó a ser nunca canción del verano, pero casi. Su novena sinfonía fue un exitazo en 1970, casualmente el mismo año en que se aprobaba la primera gran Ley General de Educación en España. La cantaba Miguel Ríos, en versión de Waldo de los ídem. ¡Qué vulgaridad, señores! Villar Palasí debió revolverse en su poltrona.

Aquí se la dejo: